Merlo volvió al Cilindro para un acto de Unicef: “Estar acá me da nostalgia...”.
Su mero toque le da un valor incalculable a ese cuadro bien racinguista. Ni Gio Moreno y Teo Gutiérrez, juntos, logran eclipsar ni un mísero pelo de esa cabellera bien rubia y ese vozarrón que se escucha al acercarse a una de las puertas del Cilindro. Es Mostaza Merlo, claro está, quien se lleva todo los flashes en su vuelta al Cilindro. Invitado por Unicef para la campaña Impact Art, el DT campeón es el centro de toda las miradas. Se ríe junto a Miguel Russo, felicita a Teo, abraza a Claudio Yacob, a quien supo tener bajo su último mandato , a Hauche y hasta reta a Campagnuolo -otro invitado- por llegar algo tarde. Es el Mostaza auténtico. El de los gritos, el que pregunta cada paso de la producción artística, se preocupa por no ensuciarse sus zapatos de cuero con la pintura que salpica para realizar la obra y siempre deja perlitas a cada paso.
“Tenés que pegarle al tachito de puntín”, le explica Merlo a Russo. Y se ríen, claro. Y pregunta: “¿A dónde están los colombianooos? Qué bien los colombianooos... ¿Cómo andan el negrito Viveros y Bedoya?”, le pregunta Merlo a Gutiérrez mientras le da un apretón de manos. Y el nuevo goleador, ni lento ni perezoso, le dice algo al oído y enseguida lo adula. “Es muy bueno que Campagnuolo y Merlo estén acá en nuestra cancha. La casta ganadora siempre es buena tenerla cerca y ellos salieron campeones. Ojalá este grupo también pueda tenerla”, se embala Teo. Y Mostaza también responde a la gratitud. “Teo es goleador... De área, muy inteligente, que define con categoría, tiene buen pie y se asocia. Nooo, Teo es un gran jugador”, analiza el campeón 2001.
También Gio revolotea por el estudio plantado en medio de la popular baja. Ya mejor de su rotura de ligamentos, el 10 también le pega a la pelota y deja su marca, como todos, en el cuadro. “Giovanni es un jugador fenomenal, un distinto. Lo conozco, lo veo siempre. Es bueno de verdad. Tiene profundidad, pase gol, es inteligente...”, opina Merlo mientras se saca fotos con los hinchas, firma autógrafos y deja picando un deseo que lo persigue desde hace ya mucho tiempo: “¿Si me gustaría volver a Racing? Es difícil, el tiempo lo dirá. Es un club que como ellos me quieren a mí, yo los quiero a ellos. Es recíproco. Venir acá me trae nostalgia. Lo del 2001 es imborrable. Donde vaya recibo el cariño de la gente de Racing. Es un placer... Fue un día muy lindo porque saludé a Russo, a quien conozco desde hace mucho, a Campa. Gente amiga...”.
Su mero toque le da un valor incalculable a ese cuadro bien racinguista. Ni Gio Moreno y Teo Gutiérrez, juntos, logran eclipsar ni un mísero pelo de esa cabellera bien rubia y ese vozarrón que se escucha al acercarse a una de las puertas del Cilindro. Es Mostaza Merlo, claro está, quien se lleva todo los flashes en su vuelta al Cilindro. Invitado por Unicef para la campaña Impact Art, el DT campeón es el centro de toda las miradas. Se ríe junto a Miguel Russo, felicita a Teo, abraza a Claudio Yacob, a quien supo tener bajo su último mandato , a Hauche y hasta reta a Campagnuolo -otro invitado- por llegar algo tarde. Es el Mostaza auténtico. El de los gritos, el que pregunta cada paso de la producción artística, se preocupa por no ensuciarse sus zapatos de cuero con la pintura que salpica para realizar la obra y siempre deja perlitas a cada paso.
“Tenés que pegarle al tachito de puntín”, le explica Merlo a Russo. Y se ríen, claro. Y pregunta: “¿A dónde están los colombianooos? Qué bien los colombianooos... ¿Cómo andan el negrito Viveros y Bedoya?”, le pregunta Merlo a Gutiérrez mientras le da un apretón de manos. Y el nuevo goleador, ni lento ni perezoso, le dice algo al oído y enseguida lo adula. “Es muy bueno que Campagnuolo y Merlo estén acá en nuestra cancha. La casta ganadora siempre es buena tenerla cerca y ellos salieron campeones. Ojalá este grupo también pueda tenerla”, se embala Teo. Y Mostaza también responde a la gratitud. “Teo es goleador... De área, muy inteligente, que define con categoría, tiene buen pie y se asocia. Nooo, Teo es un gran jugador”, analiza el campeón 2001.
También Gio revolotea por el estudio plantado en medio de la popular baja. Ya mejor de su rotura de ligamentos, el 10 también le pega a la pelota y deja su marca, como todos, en el cuadro. “Giovanni es un jugador fenomenal, un distinto. Lo conozco, lo veo siempre. Es bueno de verdad. Tiene profundidad, pase gol, es inteligente...”, opina Merlo mientras se saca fotos con los hinchas, firma autógrafos y deja picando un deseo que lo persigue desde hace ya mucho tiempo: “¿Si me gustaría volver a Racing? Es difícil, el tiempo lo dirá. Es un club que como ellos me quieren a mí, yo los quiero a ellos. Es recíproco. Venir acá me trae nostalgia. Lo del 2001 es imborrable. Donde vaya recibo el cariño de la gente de Racing. Es un placer... Fue un día muy lindo porque saludé a Russo, a quien conozco desde hace mucho, a Campa. Gente amiga...”.
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