Calificar el recorrido de un entrenador forma parte de una evaluación permanente y a esta altura estéril. Definir entonces si el regreso de Simeone a Racing es una evolución o una involución en su carrera no sirve de nada. El lugar en donde se trabaja, en todo caso, no define nada. Se puede crecer, progresar, mejorar, ser digno en cualquier club. Y se puede también empequeñecer, retroceder, desmejorar, ser vil en ese mismo cualquier club.
A pesar de los logros conseguidos en tan poco tiempo (títulos con Estudiantes y con River), Simeone todavía se encuentra en una etapa formativa como técnico. Lejos de las certezas y de una definición acabada de las ideas futboleras, el Cholo está a la búsqueda de un perfil que obviamente ya fue esculpiendo en estos cinco años de carrera y que por algunos rasgos se convierte, sin duda, en uno de los entrenadores con más proyección de todos los de la nueva camada.
El mayor desafío que tiene hoy es superar esa tendencia a la exageración táctica. Trabajador y pasional como pocos, Simeone tiende a sobreestimar tareas estratégicas y tácticas que muchas veces opacan las virtudes individuales de los jugadores. Por decirlo de algún modo más simple: los esquemas, el conocimiento del adversario, las marcas, la adaptación constante del módulo no deberían ocupar un lugar más importante que el talento. Y sobre todo cuando hay una buena dosis del mismo. Gio, Teo, Toranzo, Hauche, Yacob, Pillud, más los refuerzos que pidió y que llegarán, le permiten al Cholo pensar en un equipo ambicioso y con expectativas. Será cuestión entonces de darles un marco de contención para que se expresen. Una tarea en la que Russo fracasó.
A pesar de los logros conseguidos en tan poco tiempo (títulos con Estudiantes y con River), Simeone todavía se encuentra en una etapa formativa como técnico. Lejos de las certezas y de una definición acabada de las ideas futboleras, el Cholo está a la búsqueda de un perfil que obviamente ya fue esculpiendo en estos cinco años de carrera y que por algunos rasgos se convierte, sin duda, en uno de los entrenadores con más proyección de todos los de la nueva camada.
El mayor desafío que tiene hoy es superar esa tendencia a la exageración táctica. Trabajador y pasional como pocos, Simeone tiende a sobreestimar tareas estratégicas y tácticas que muchas veces opacan las virtudes individuales de los jugadores. Por decirlo de algún modo más simple: los esquemas, el conocimiento del adversario, las marcas, la adaptación constante del módulo no deberían ocupar un lugar más importante que el talento. Y sobre todo cuando hay una buena dosis del mismo. Gio, Teo, Toranzo, Hauche, Yacob, Pillud, más los refuerzos que pidió y que llegarán, le permiten al Cholo pensar en un equipo ambicioso y con expectativas. Será cuestión entonces de darles un marco de contención para que se expresen. Una tarea en la que Russo fracasó.
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